La entidad en el espejo

La entidad en el espejo

En un remoto pueblo asomado a los faldeos de los Pirineos, vivían Valeria y Marcos, una pareja unida por el amor a lo desconocido y su pasión por el coleccionismo de antigüedades. Valeria, de mirada sosegada y alma inquieta, era una bióloga dedicada a descifrar el lenguaje de la naturaleza, mientras que Marcos, hombre de rasgos marcados y porte atlético, se había erigido como un referente local en la restauración de artefactos del pasado.

La quietud del pueblo se quebró una tarde de otoño, cuando la pareja regresó de una expedición con un hallazgo que tentaba los límites de la razón: un espejo victoriano de firmes relieves y un aura que atravesaba la barrera del tiempo.

"Es magnífico", susurró Valeria, contemplando el marco adornado con figuras de criaturas ancestrales. "Dicen que perteneció a una acaudalada familia de naturalistas del siglo XIX", agregó Marcos, acariciando las sinuosas formas grabadas en la madera.

La primera noche

La primera noche, mientras la luna desgranaba su plata entre las nubes, algo perturbó la paz del hogar. Un murmullo sutil flotaba en la estancia donde el espejo, aún cubierto por una sábana, parecía respirar. Una presencia inexplicable se adueñaba del ambiente y Valeria no pudo más que susurrar: "¿Lo sientes, Marcos? Es como si... como si estuviera vivo".

Con el correr de las noches, los sueños de la pareja se tornaron vivencias de un mundo cretácico. La línea que separaba lo real de lo onírico se difuminaba; el susurro se convirtió en rugidos distantes y el aliento de una tierra olvidada se colaba por las rendijas del tiempo.

La revelación

Casualmente, hallaron en el reverso del espejo una inscripción: "Tocad y la puerta se abrirá". Intrigados, Marcos extendió su mano, rozando la fría superficie del cristal. En ese instante, la imagen del espejo se distorsionó y ante ellos se desplegó una visión de asombroso realismo, un territorio donde seres prehistóricos deambulaban con majestuosa indiferencia.

"Estamos atrapados en el reflejo de una era perdida", concluyó Valeria, mientras un espantoso grito desgarró la calma. No eran meros espectadores; estaban, de alguna manera, inmersos. Marcos, con la respiración contenida, avanzó hacia la imagen. "Tenemos que comprender para poder volver", dijo decidido.

El encuentro

Fue entonces cuando sucedió el encuentro. Una criatura inmensa, de afilados dientes y ojos penetrantes, emergió de la maleza. "¡Un tiranosaurio!", exclamó Valeria, cuyo conocimiento de la biología primitiva ahora les resultaba indispensable. Pero el gigante no parecía hostil; parecía más curioso que enfadado. Ajeno a la lógica, Marcos extendió la mano y, ante el asombro de Valeria, el coloso se inclinó para permitir un contacto fugaz.

"No nos quiere hacer daño", aseguró Marcos, aún tembloroso. "Está atrapado aquí, como nosotros". Se dieron cuenta de que sus presencias habían alterado un equilibrio ancestral, y debían encontrar la manera de restaurarlo. La clave debía encontrarse en el mismo espejo que les había conducido a esa realidad paralela y distante en el tiempo.

La resolución

Trabajando juntos, Valeria y Marcos descifraron que el espejo servía de portal, un nexo entre épocas cuya apertura se basaba en la empatía y la comprensión. "Los creadores del espejo entendieron el verdadero valor de la vida en todas sus formas", reflexionó Valeria. "No es sólo ver, es sentir y respetar".

Con un último contacto, transmitiendo sus deseos de regresar y su promesa de no olvidar, el espejo relució con un brillo cegador. La pareja se encontró de nuevo en su hogar, con el espejo silente y enigmático ante ellos. Prometieron salvaguardar el secreto de su poder, manteniendo viva la lección aprendida.

Reflexiones sobre el cuento "La entidad en el espejo"

La historia de "La entidad en el espejo" trasciende el mero terror para adentrarse en el deslumbrante terreno de lo desconocido, donde el miedo se entremezcla con la maravilla. En ella, las fronteras del tiempo se difuminan para revelar que, en el corazón de nuestros miedos, a menudo se ocultan las más profundas verdades y la posibilidad de una conexión emocional y espiritual con la esencia misma de la vida. La idea principal y el objetivo de este relato han sido explorar cómo la comprensión y el respeto por lo desconocido pueden no solo salvarnos sino también enseñarnos sobre nuestro lugar en el universo.

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Lucía Quiles López

Lucía Quiles López es una escritora y cuentacuentos apasionada, graduada en Literatura Comparada, que ha dedicado gran parte de su vida a explorar diferentes formas de narrativa y poesía, lo que ha enriquecido su estilo de escritura y narración. Como cuentacuentos, ha participado en numerosos festivales locales y talleres en bibliotecas, donde su calidez y habilidad para conectar con el público la han convertido en una figura querida y respetada. Además de su trabajo como cuentacuentos, Lucía es una colaboradora habitual en revistas literarias y blogs, y actualmente está trabajando en su primer libro de cuentos.

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