Los guardianes de los sueños y una noche en el mundo de los cuentos

Cuento: Los guardianes de los sueños y una noche en el mundo de los cuentos

En un valle olvidado, entre las sutiles colinas y los antiguos bosques, se encontraba el pequeño pueblo de Vallesueños. Era un lugar tan mágico que sus habitantes aseguraban que, durante la noche, los sueños de los niños se volvían tan reales que podían palparlos. Aquí, en este rincón escondido del mundo, comenzaría nuestra aventura, una historia donde tres destacados niños, Luis, Sofía y Mateo, serían los protagonistas inesperados. Luis, de cabellos oscuros como el azabache y mirada perspicaz, era el soñador incurable del trío. Sofía, con su agradable sonrisa y rizos dorados, aportaba la moderación y el corazón. Mateo, quien apenas superaba a sus amigos en edad, ofrecía la valentía y la decisión.

La noche caía sobre Vallesueños como una capa suave y estrellada. Los tres amigos, tumbados sobre el césped de la colina, se enfrascaban en su juego favorito: compartir historias. "¿Alguna vez habéis pensado que los dinosaurios pudieron soñar, como nosotros?", preguntó Luis, su imaginación ya disparándose hacia tiempos prehistóricos. Sofía sonrió y añadió, "Seguro que soñaban con ser aún más grandes y fuertes". Mateo, no queriendo quedarse atrás, propuso, "¿Por qué no pasamos la noche aquí y tratamos de soñar con ellos?". Sin saberlo, acordaron un desafío que los llevaría más allá de sus más salvajes fantasías.

La luna alcanzó su cenit y el valle se sumió en un silencio profundo. Los niños, arropados por mantas y la promesa de una aventura onírica, se durmieron rápidamente. No había pasado una hora cuando un sonido rompió la pacífica atmósfera nocturna, un sonido que no provenía de ninguna boca o garganta humana, sino de algo grande, algo antiguo. Los niños se despertaron sobresaltados y lo que vieron les robó el aliento. Ante ellos, un portal lumínico se abría, invitándolos a entrar.

El viaje comienza

"¿Entramos?", murmuró Mateo, su valentía enfrentándose a la incertidumbre. "Podría ser peligroso", advirtió Sofía, aunque sus ojos chispeaban con la emoción de lo desconocido. Luis, sin dudar, se adelantó y con un tono lleno de convicción dijo, "Vamos. Este podría ser el sueño que estábamos esperando vivir". De la mano, los tres se adentraron en el portal y fueron envueltos por una luz cegadora.

Al otro lado, los saludaba un mundo que desafiaba la razón. Árboles de cristal tintineaban con la brisa, ríos de plata fluían suavemente, y criaturas majestuosas caminaban entre ellos: Los dinosaurios. Todo parecía bañado por la irrealidad de los sueños, pero se percibía más tangible que cualquier fantasía. "Estamos en su mundo", susurraba Luis con asombro. El primer ser que los recibió fue un Triceratops jovial llamado Horatio, quien les dio la bienvenida con una voz que sonaba como un cuerno antiguo, pero amistoso.

Horatio les explicó que estaban en el Reino de los Sueños, un mundo donde las ilusiones infantiles se materializaban y que solo unos pocos elegidos podían visitar. Los niños, emocionados, comenzaron así su exploración, acompañados por su nuevo amigo que prometió ser su guía y protector.

Lucía Quiles López y sus cuentos largos

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Lucía Quiles López

Lucía Quiles López es una escritora y cuentacuentos apasionada, graduada en Literatura Comparada, que ha dedicado gran parte de su vida a explorar diferentes formas de narrativa y poesía, lo que ha enriquecido su estilo de escritura y narración. Como cuentacuentos, ha participado en numerosos festivales locales y talleres en bibliotecas, donde su calidez y habilidad para conectar con el público la han convertido en una figura querida y respetada. Además de su trabajo como cuentacuentos, Lucía es una colaboradora habitual en revistas literarias y blogs, y actualmente está trabajando en su primer libro de cuentos.

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