Las estrellas como testigos de nuestro amor
En una pequeña ciudad costera llamada Mar de Plata, vivían dos almas especiales que estaban destinadas a encontrarse.
Carla, una chica de espíritu libre y rizos dorados, trabajaba en una librería antigua.
Amante de la poesía y los cuentos de hadas, encontraba consuelo entre los viejos volúmenes polvorientos.
Esteban, por otro lado, era un joven sereno de cabello oscuro y ojos penetrantes que irradiaban una mezcla de misterio y ternura. Derrochaba magia con su música, tocando una guitarra que parecía hablar el idioma de las estrellas.
Cada noche, acampaba en la playa y tocaba melodías que resonaban con la brisa del mar.
Un día, Carla decidió hacer algo diferente.
En lugar de tomar el autobús de regreso a su hogar, caminó hacia la playa atraída por un sonido lejano pero cautivador. La melodía que Esteban tocaba la llevó a descubrir un rincón de la arena donde se sentó y escuchó con los ojos cerrados, dejando que cada nota la envolviera como un abrazo cálido.
Sentía que la guitarra de Esteban conectaba con alguna parte de su alma que hasta entonces había estado dormida.
"¿Te gusta?", preguntó Esteban con una voz suave cuando terminó de tocar.
Carla abrió lentamente los ojos para encontrarse con su mirada. "Es hermoso. No sé cómo describirlo, pero me hace sentir... en paz," respondió ella, sintiendo una chispa de conexión.
Aquella fue la primera de muchas noches que compartieron bajo las estrellas. Pronto, Carla y Esteban comenzaron a conocer más sobre sus vidas, sus sueños y sus miedos.
Ella le habló de su amor por los libros y su deseo de escribir algún día su propia novela. Esteban compartió sus sueños de viajar por el mundo, llevando con él su música y su pasión por conectar con almas similares.
Descubriendo un nuevo amor
Una noche, la conversación dio un giro inesperado.
Carla mencionó las dificultades que había enfrentado al aceptar su identidad. "No es fácil ser una persona queer en una sociedad tan cerrada", dijo, con una ligera tristeza en su voz.
Esteban, asintiendo con empatía, compartió cómo también se identificaba como no binario y cómo había aprendido a encontrar fuerza en su autenticidad a través de la música.
Este descubrimiento profundizó su conexión aún más. Encontraron consuelo y comprensión en sus experiencias compartidas, y su complicidad creció.
Se dieron cuenta de que el amor que empezaban a sentir el uno por el otro no solo era romántico, sino también una celebración de su autenticidad y valentía.
Poco después, comenzaron a planear pequeños viajes junto a la costa, buscando rincones mágicos donde pudieran escapar de las expectativas del mundo y ser simplemente ellos mismos.
Hablaban sobre todo y sobre nada, compartiendo sus momentos de silencio y los susurros nocturnos con las estrellas como testigos.
El viaje inesperado
Una tarde, mientras regresaban de uno de sus viajes, una fuerte tormenta se desató.
Los vientos aullaban y la lluvia caía torrencialmente, forzándolos a buscar refugio en una antigua cabaña pescadora. La noche se anunciaba larga y oscura, pero en la pequeña cabaña encontraron mantas, una lámpara de aceite y una chimenea que rápidamente encendieron.
La calidez del fuego y la cercanía hizo que sintieran una reconfortante intimidad.
Mirándose a los ojos, Carla tomó su cuaderno y comenzó a leer en voz alta un poema lleno de esperanza y amor. Esteban, inspirado, sacó su guitarra y le puso música a sus palabras. Fue un momento mágico, lleno de chispa y emoción pura.
Esa noche, entre poemas y melodías, se dieron cuenta de que sus almas estaban unidas de una forma que trasciende las palabras.
"Creo que te amo", dijo Carla con una sonrisa tierna, mientras las llamas iluminaban su rostro.
Esteban se acercó y la abrazó suavemente. "Y yo a ti, más de lo que alguna vez pensé posible."
Un secreto revelado
La cabaña guardaba más secretos de los que jamás hubieran podido imaginar. En una esquina polvorienta, descubrieron un cofre viejo. Abriendo su cubierta, encontraron cartas de amor escritas a mano, con una caligrafía elegante y sensible.
Eran de dos mujeres que, muchos años atrás, habían encontrado en aquella misma cabaña su refugio y su amor.
Las cartas relataban una historia apasionante, de logros y desafíos, de un cariño indomable a pesar de las adversidades de su tiempo.
Carla y Esteban leyeron cada carta, sintiendo que las vidas de aquellas mujeres resonaban con la suya propia.
Los relatos de amor eterno y compromiso les inspiraron a enfrentar su futuro con igual valentía.
El inesperado giro del destino
Con el amanecer, la tormenta había pasado y una neblina ligera cubría la playa.
Decidieron enterrar el cofre en una esquina de la cabaña, dejando su propio mensaje dentro: "Para aquellos que encuentren este lugar, sepan que el amor verdadero vence cualquier tormenta." Sintieron una paz profunda al contribuir a una historia de amor que trascendía el tiempo.
Regresaron a Mar de Plata y retomaron sus rutinas, pero algo en ellos había cambiado.
Con más fuerza y determinación que nunca, Carla comenzó a escribir su novela y Esteban sus canciones. Pronto, fueron conocidos en la ciudad como "los que amaban bajo las estrellas".
Se convirtieron en una inspiración, no solo por su amor, sino por la manera en que abrazaban su identidad y vivían sin miedo. Su amor no era una simple historia romántica, sino el reflejo de una lucha compartida y una belleza hallada en su auténtico ser.
Una noche clara, mientras disfrutaban de su tradición nocturna en la playa, Carla le susurró a Esteban, "Gracias por ser mi estrella guía en el cielo.”
Esteban, con una sonrisa cálida, respondió, "Gracias a ti, por iluminar mi camino."
Las estrellas brillaron más aquella noche, como si celebraran la historia de amor que en su luz se tejía, recordando a aquellos que al alzar la vista supieran que el amor verdadero siempre prevalece.
Reflexiones sobre el cuento "Las estrellas como testigos de nuestro amor"
Este cuento destaca la fortaleza y belleza de un amor auténtico y sin barreras.
En él, Carla y Esteban encuentran en su identidad y sus experiencias vividas el espacio para cultivar un vínculo sólido y apasionado.
A través de desafíos y descubrimientos, nos muestran que al final del día, el amor verdadero no solo nos brinda paz, sino que también nos sirve de inspiración y guía.
Así, con las estrellas como testigos, este relato es un recordatorio de que el amor puede ser una fuente de fuerza y magia en nuestras vidas.
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