El álbum de fotografías que susurraba historias

El álbum de fotografías que susurraba historias

En un pequeño pueblo resguardado por las susurros del viento y los secretos de la montaña, vivían dos abuelos, José y Mercedes, quienes compartían su vida en una casita adornada con recuerdos del pasado. Entre esos tesoros estaba el más misterioso de todos: un antiguo álbum de fotografías que parecía cobrar vida al abrir sus páginas.

José, con su cabello como hilos de plata y una mirada cálida, era un hombre de pocas palabras pero de un corazón que derrochaba historias. Mercedes, por su parte, tenía la vitalidad de las flores en primavera y una curiosidad tan grande como el cielo estrellado. Juntos descubrieron que cada foto del álbum contenía la esencia de un relato sobre criaturas que muchos creían extintas: los dinosaurios.

En el silencio de su sala, comenzaron a hojear el álbum. Al pasar la primera página, una imagen de un vasto valle se desplegó ante ellos con un detalle extraordinario. Podían percibir los matices del verde que pintaba el paisaje y el suave murmullo de un río serpenteante. Fue entonces cuando escucharon una voz pausada y profunda que procedía del propio álbum.

Sorprendidos, pero sin miedo, los abuelos prestaron atención. La primera historia comenzó con la aventura de un joven velociraptor llamado Lince, conocido por su curiosidad y su velocidad inigualable. Mercedes no pudo evitar sonreír al ver la chispa en los ojos de José, quien parecía transportarse a aquellos tiempos prehistóricos.

El Velociraptor Curioso

El valle bullía con la energía de la vida prehistórica, y Lince siempre buscaba descubrir cada rincón del mismo. Su figura esbelta y sus manchas que imitaban a las sombras del bosque le permitían mimetizarse y observar a las gigantescas criaturas que habitaban a su lado.

Pero un día, su curiosidad lo llevó a un sendero desconocido que desembocaba en un claro donde el sol besaba la tierra. Allí, para su asombro, encontró un huevo gigante, solitario, que reposaba bajo el calor del sol. Era más grande que cualquier huevo que Lince hubiera visto antes, y estaba cubierto de extrañas marcas que bailaban en su cáscara.

Las páginas del álbum se pasaban lentamente, como si el tiempo quisiera saborear ese momento y Mercedes preguntó con un tono maternal teñido de intriga:

José asintió, tocando la foto con reverencia, como si pudiera sentir la textura del antiguo huevo. La historia continuó, y Lince decidió custodiar el huevo, presintiendo que de su interior emergería una vida que cambiaría su mundo para siempre.

La voz del álbum narraba cada evento con tal detalle que los abuelos podían casi sentir el viento que recorría el Valle de Ecos y el cálido aliento de las grandes bestias. Relajados y completamente absortos, escucharon con atención mientras se daban cuenta de que no solo ellos eran los espectadores; otras figuras en las fotografías parecían cobrar vida y contaban sus propias historias.

Reflexiones sobre el cuento "El álbum de fotografías que susurraba historias"

Este cuento es un homenaje a la imaginación inagotable de aquellos que nunca dejan de soñar, a las historias que no conocen de tiempo y que resurgen cuando más lo necesitamos. José y Mercedes nos recuerdan que cada momento compartido y cada historia contada nos deja un legado invaluable: la certeza de que el amor y la curiosidad son el mejor vehículo para trascender nuestras propias eras.

Valora este contenido:

Lucía Quiles López

Lucía Quiles López es una escritora y cuentacuentos apasionada, graduada en Literatura Comparada, que ha dedicado gran parte de su vida a explorar diferentes formas de narrativa y poesía, lo que ha enriquecido su estilo de escritura y narración. Como cuentacuentos, ha participado en numerosos festivales locales y talleres en bibliotecas, donde su calidez y habilidad para conectar con el público la han convertido en una figura querida y respetada. Además de su trabajo como cuentacuentos, Lucía es una colaboradora habitual en revistas literarias y blogs, y actualmente está trabajando en su primer libro de cuentos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir